Junto con toda su familia, Rodolfo se mudó a la capital desde pequeño. Siempre con buena presencia física, destacó en varios deportes como el Béisbol y el Fútbol americano, pero especialmente en la lucha libre. Habiendo cumplido los 16 años, inició su carrera de luchador en la arena Peralvillo Cozumel sin ningún alias más que su nombre original.
En el transcurso de los siguientes 6 años, usó varios pseudónimos, como “Rudy Guzmán” y “el Hombre Rojo” (y aún no usaba máscara alguna). Para esta época, Rodolfo estaba en el bando de los luchadores “rudos” por la forma como encaraba sus combates (a contraste con la otra modalidad que era de los luchadores “técnicos” – y generalmente los que se llevaban mas aplausos), aunque siempre denotaba una personalidad sencilla y un carisma que lo llevaría a una siguiente etapa en su carrera.
Su manager, Jesús Lomeli, le cambió su nombre de pila a “Murciélago II” y realizó algunos sobresalientes combates más, pero por problemas legales tuvo que dejarlo. Y es en 1942 que Rodolfo decide pasarse al grupo de luchadores que usaban máscaras, escogiendo su nuevo y legendario nombre entre estas 3 alternativas: “Diablo”, “Ángel” y “Santo”.
Ese mismo año, enfrenta a “Ciclón Velóz” (aunque perdió por descalificación), “Tarzán López” y otros luchadores de renombre mexicanos. Su fama iba creciendo y lo llevaría a conocer al empresario José G. Cruz, que en 1952 le ofrecería un contrato para inmortalizar su nombre en las historietas.
A la par, Fernando Osés, luchador y también actor, invitó a Rodolfo a rodar su primer película, que se daría en 1958 llamada "Santo contra el Cerebro del Mal". A partir de ahí, Santo produjo una serie de películas debido al gran éxito que tenía como luchador. Para 1961, ya es protagonista principal en la película “Santo Contra los Zombis” y en el mismo circuito profesional de lucha, ya había cambiado del lado de los “rudos” al de los “técnicos”, ganando así más adeptos.
En otras ocasiones, sus películas tuvieron co estrellas de la lucha libre, como es el caso de Blue Demon, en la película de 1969 “Santo contra Blue Demon en la Atlántida”.
Las producciones mexicanas sufrieron un bajón en los años 70s, y tuvieron que recurrir a otros lares como el caso de España. Es así que en 1973 se presentaría la película “Santo Contra el Doctor Muerte”, una de las mejores películas encarnada por Santo.
En 1981, se estrena la película “Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos”, en la cual actúa nada menos que su hijo, también dedicado a la lucha libre. Para 1982, El “Hijo del Santo” continuaría la tradición de su famoso padre tanto en el ring como en el cine. Santo ya era una leyenda viviente, y siguió apareciendo (con su infaltable máscara) en diversos programas de televisión mexicana. Quizá el suceso más inesperado ocurrió en enero de 1984 en el programa Contrapunto (dedicado a la lucha libre mexicana), cuando Santo se quitaba la máscara por primera vez ante cámaras. Casi como una fatalidad inversa, representada en la leyenda mortal que se conoció en su historieta, Rodolfo sufría un ataque al corazón el 5 de febrero de este mismo año. El ídolo fue enterrado con su máscara ante miles de personas que acudieron a su última despedida, dejando un legado que jamás podrá ser igualado.
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