24 de febrero, día en que los mexicanos recordamos con júbilo la histórica fecha en que se adoptó nuestra actual Enseña Patria. Al promulgarse el Plan de Iguala y unirse las tropas de Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero se creó el Ejército Trigarante, que habría de poner término a once años de lucha por la independencia.
Durante la estancia de las tropas trigarantes en la ciudad de Iguala, el 24 de febrero de 1821, Iturbide decidió adoptar una nueva bandera, misma que debía simbolizar los ideales del movimiento insurgente. Para tal fin encargó al sastre José Magdaleno Ocampo la confección del lábaro. Este, una vez terminado, constaba de tres franjas diagonales, en que aparecía un color diferente en cada franja, simbolizando: el blanco, la pureza de la religión católica; el verde el movimiento insurgente, o sea, la independencia; finalmente, el rojo, representa al grupo español adherido al impulso libertador. En cada franja en la parte superior se veía una estrella y otra en el centro sin el águila mexicana.
Cuando el Ejército Trigarante entró a la ciudad de México y quedó consumada la independencia, Iturbide decretó, el 2 de noviembre de 1821, que la Bandera de México fuese con los mismos colores, pero las franjas verticales y en el orden que perdura hasta nuestros días, verde, blanco y rojo, colocándose al centro el águila con corona imperial, las alas caídas, posada sobre el legendario nopal.
En 1823, ya caído el imperio de Agustín de Iturbide, se quitó la corona al águila y se agregaron al blasón las ramas de encino y de laurel como símbolo de la República. Esta fue la primera ocasión en que se cambiaron algunos de los elementos que componen nuestra Bandera.
A lo largo de los años han sido varias las ocasiones en que ha cambiado la posición del águila, de frente o de perfil con las alas extendidas, hasta 1916, cuando el Presidente Venustiano Carranza decretó que recobrara su antiguo estilo, de perfil y devorando una serpiente sobre el nopal. Finalmente, las modificaciones que dieron a nuestra bandera su actual aspecto proviene del decreto del Presidente Gustavo Díaz Ordaz, de fecha 27 de diciembre de 1967.
1.- Juan Escutia no se envolvió en ella.
Está plenamente comprobado que en 1847, Juan Escutia no tomó la bandera mexicana que ondeaba sobre el Castillo de Chapultepec, ni se envolvió en ella... para luego arrojarse desde lo alto del entonces Colegio Militar. La bandera fue arriada por las tropas eadounidenses y se le regresó a México hasta el sexenio de José López Portillo.
2.- Madero no la llevo en la mano durante el desfile de la Decena Trágica.
Aunque varios artistas pintaron a Madero llevando la bandera en mano, durante la “marcha de la lealtad”, el día que comenzó la Decena Trágica (9 de febrero de 1913), lo cierto es que las fotografías muestran que nunca la cargó. En una mano lleva la rienda del caballo y en la otra su sombrero.
3.- El significado de sus colores.
El blanco significaba la pureza de la religión católica; el verde la independencia y el rojo la unión de todos los habitantes de la Nueva España, hacia la segunda mitad del siglo XX, el sistema político mexicano, a través de la historia oficial cambió su significado: el verde era la esperanza; el blanco, “las nieves de nuestros volcanes” y el rojo la sangre derramada por los héroes de la patria.
4.- Los símbolos patrios.
los símbolos patrios que hoy se veneran, la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional, fueron realizados por instrucciones de dos de los más terribles villanos de la historia oficial: Iturbide que ordenó la confección de la bandera y posteriormente del escudo y Santa Anna, quien durante su último gobierno (1853-1855) convocó a un concurso para componer la música y la letra del himno nacional.
5.- Bandera ensangrentada.
El 8 de septiembre de 1847, durante la batalla de Molino del Rey contra las tropas norteamericanas, el capitán Margarito Zuazo, miembro del batallón Mina, se quitó la chaqueta y envolvió su cuerpo con el pabellón mexicano antes de regresar al combate final para caer atravesado por las bayonetas estadounidenses. La bandera ensangrentada se encuentra en el Museo Nacional de Historia.
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