Cuenta la leyenda de Beatriz una joven monja, que se ve obligada a dejar el convento, por el cierre de los monasterios en la época de la reforma. Regresa a la casa paterna. Su madre ha muerto y su padre enfermo muere también. Su vida transcurre entre rezos en la catedral y sus labores domesticas en la catedral, con la esperanza de la apertura de su convento-
Esto no sucede; en cambio las tropas francesas entran en Durango, entre ellos, Fernando, quien víctima de un joven celoso es apuñalado fieramente. Fernando en su afán de salvar su vida corre y pide auxilio en la primera casa que se encuentra. Es la casa de Beatriz, quien asustada abre la puerta al militar y viéndose forzada a ello, lo esconde, y cura sus heridas, siendo los dos jóvenes, se enamoran perdidamente uno del otro y viven su secreto en la casa de Beatriz.
Pasa el tiempo, Fernando ante el temor de ser descubierto por el ejército liberal decide partir no sin prometerle a Beatriz que regresara. Con gran dolor se despiden los amantes. Sin embargo Fernando es descubierto y muerto a manos de los liberales.
Beatriz sigue esperando su regreso, Su situación es crítica, pues su precaria economía se suma su embarazo, fruto del amor con Fernando.
Día tras día espera el regreso de su amado. Se esconde en la catedral, para de noche subir a la torre, y tener una visión más amplia. Esta segura que el regreso será inminente.
Una mañana el sacristán del templo, encuentra el cuerpo de una mujer, que con los brazos abiertos sobre el suelo, yace sin vida. Es Beatriz quien murió por la caída de más de 30 metros de altura, cuando a su hijo le faltaban unos días por nacer.
Desde entonces todas las noches de plenilunio, se ve la imagen de la monja vestida de blanco en el campanario de la torre izquierda de la catedral de Durango, de rodillas contempla el occidente implorando por el retorno de su militar Francés.
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